Mitos y Espinas

El mito de los Cien Años
En algunos lugares de cultivo de cactus, como la Quinta Schmoll en Cadereyta, Querétaro, al recorrer el sitio y escuchar la explicación de sus guías, nos cuentan que la floración de Caphalocereus senilis (viejito) se produce por primera vez cuando las plantas tienen cien años de edad.
Es bien sabido que los cactus son plantas de lento crecimiento, pero no es real que pueda llegar un viejito a la edad de cien años sin haber producido muchas flores y frutos.
Las condiciones de vida para un cactus en su hábitat pueden ser muy distintas de las condiciones en las que se desarrollen bajo cultivo; sin embargo, la  madurez llegará para cada uno de ellos cuando hayan alcanzado su talla promedio, que es de aproximadamente 6 metros, aunque pueden alcanzar hasta los 10 m de alto.
Si la planta que tenemos bajo cultivo se encuentra en un espacio muy reducido (como en una maceta pequeña), esta talla difícilmente se alcanzará y probablemente nunca veamos su floración. Pero si la planta cultivada tiene buenas condiciones de iluminación natural, agua, drenaje y espacio, probablemente la veamos florecer en la magnifica cantidad de 15 a 20 años.
En condiciones naturales es muy difícil calcular la edad de las plantas que observamos, pero  es muy probable que la floración se presente en un tiempo mucho menor que cien años.
La floración de esta especie se produce cuando en la parte más alta de su cuerpo comienza a producirse una mancha de pelo mucho más densa que el resto de la planta, esta parte de la planta se llama cefalio y es allí, sólo allí, donde se producirán las flores.
Las flores son nocturnas, de color crema o blanco y pueden permanecer abiertas hasta la mañana siguiente.
En lo personal, he visto florecer plantas compradas de viejito y cultivadas en casa de quienes los aman, en 15 años, y una planta que fue tomada del campo y cultivada en una casa con poca luz y pocos cuidados, en 30 años.

Cephalocereus senilis de 30 años de edad, floración fuera de su hábitat

Las flores de la noche anterior







El mito de "un centímetro por año"
Cada vez que miramos un cacto gigante pensamos en su edad, y sabemos con cierta certeza (que al igual que un árbol enorme), puede tratarse de una planta muy vieja y queremos saber cuántos años lleva allí y cuántas cosas habrá visto pasar en su entorno.
Para tratar de satisfacer nuestra curiosidad hay quienes nos habrán de responder que si mide más de tantos centímetros, entonces tienen más de tantos años, ya que los cactus crecen UN CENTÍMETRO POR AÑO.
Nos admira conocer cactos gigantes y tenemos la tendencia a aceptar el mito tal como lo hemos escuchado, y lo repetimos cada vez que volvemos a ver otro candelabro que nos supera en estatura, o alguna biznaga que mide más de 50 cm.
En primer lugar debemos tener en cuenta que no todos los cactus tienen el potencial de llegar a ser gigantes, pues existen especies miniatura (biznaguitas) y también existen otras que podrán crecer hasta varios metros pero entrelazándose por las ramas de los árboles o trepando por una barda.
Sólo las especies como los nopales, los órganos y biznagas con forma de barril podrán llegar a ser gigantes.    
 Los cactus a diferencia de los árboles no tienen huellas de crecimiento, pues no tienen troncos leñosos. Sus tallos o troncos son de tejido suave, especializado en almacenar agua, y sólo en la parte central  del tallo tienen un tubo de tejido fibroso y fuerte que ayuda a sostener su peso y su talla.
Los cactus tampoco tienen una tasa de crecimiento constante como las de otras plantas. La mayoría de las cactáceas son especies adaptadas a vivir en condiciones de aridez, en zonas donde la mayor constante climática es la sequía, donde se presentan breves periodos de lluvia y muy poca humedad en el suelo, factores que pueden ser muy variables de año en año.
Pues ésta es una de las principales condiciones que determinan el crecimiento de una cactácea en el campo.
Si hay una sequía duradera, los cactus no crecerán  durante toda ella. Si cada año llueve regularmente, los cactus crecerán a un ritmo notable, tal vez mucho más que un centímetro por cada año.
Además de ello, si el sitio dónde está enraizada una cactácea es suave y con cierta profundidad, las raíces crecerán con cierta amplitud y entonces, eso permitirá que la planta soporte una talla mayor. Si por el contrario, el espacio para el crecimiento de las raíces es limitado, la planta no crecerá en todo su potencial.
De esta manera, la humedad del suelo y el espacio que tienen las raíces para crecer, serán lo que determine su talla de planta adulta. Por lo tanto, si tenemos en casa una biznaga (de esas que pueden crecer hasta más de 30 cm) confinada a  una pequeña maceta, ni siquiera podrá crecer un centímetro por año.
El crecimiento de una cactácea, al igual que su floración, dependen de los cuidados que nosotros les demos en casa, y en el campo, su crecimiento depende de las condiciones atmosféricas anuales y del suelo en que habitan.
Por lo tanto EL MITO DE "UN CENTÍMETRO POR AÑO", DEBE SER ERRADICADO.






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